¿Qué hace la laucha? Al principio trata de hallar el camino hacia el premio más pulenta. Después, persuadida de la imposibilidad de alcanzarlo, renuncia a él y se dirige a algún sustituto inferior. E’cir, se comporta como una persona "racional", pragmática, utilitarista.
Y es aquí donde se inicia el experimento de verdad: operan el cerebro de la rata (le hacen cosas con un láser). Ahora la rata, operada, es arrojada de nuevo al laberinto, donde vuelve a ver el inaccesible objeto del deseo. El bicho parece en primera instancia resignado a uno de los sustitutos, pero al rato vuelve, en forma recurrente, a "el" objeto, intenta alcanzarlo una y otra vez.
La operación para "humanizarla" fue un éxito: el deseo del pobre animal estará por siempre cautivo de la cosa inaccesible, y nunca tendrá descanso, sólo pausas, en su perpetua peregrinación hacia lo que siempre estará más allá.
(Sobre un relato de Jacques-Alain Miller)
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